Aquí, porque en la web de la FIG no lo encuentro. Artículo y carta al final: http://www.examiner.com/gymnastics-in-national/bruno-grandi-the-code-has-mutated-into-a-time-bomb
La verdad, no sé si esto es una broma... tendría que estar publicada aquí: http://www.fig-gymnastics.com/vsite/vnavsite/page/directory/0,10853,5187-191842-209065-nav-list,00.html
- Citación :
- Today, the Code reaches out to cover all FIG disciplines; it governs everything, infiltrating gymnastics like a metastasis that spreads and traps the sport in its deadly net. Originally created to serve the development of our sport, the Code has mutated into a time bomb that we are wholly unable to contain. Worse, it is a pitfall to judges and gymnasts alike, and creates situations that are often impossible to navigate. Remember Athens!
The time has come for us, the technicians, judges and leaders in sport, to gather round a single table and revisit the Code; to re-equip our discipline with the structure and spirit originally inherent to it. This is the endgame of the FIG Symposiums for Rhythmic Gymnastics in Zurich (SUI) at the end of April, for Artistic and Trampoline in mid-June and for Aerobic and Acrobatic in September.
Simplify the Codes; we all agree on this point. Keep in mind the essence of Roman law, the first legal system in the history of Man and which is still active today. According to our predecessors, excessive detail is what dilutes and suffocates justice. Too many laws annihilate law itself!
Sí Grandi, todos recordamos Atenas, el principio del fin de la artística. Y sí, tanta gente innecesaria en la FIG para crear códigos como el actual, sobra. Simplifica, simplifica y empieza por largarte...
- Citación :
- But we must accept the fact that the Artistic score is largely a product of a more subjective, and certainly human, evaluation. That is the variable in our equation; fallible but not unjust. And if we are to lose ourselves in the nimbus of objectivity, we have reference judges in the wings to set our course straight.
¿Qué artística? ¿La que nos has robado? La subjetividad de las jueces no está sólo en la artística, ese es el problema. ¿Y quién vigila la subjetividad de la juez de referencia? ¿Tú?
Después de 6 años de torturas con un COP que desde el principio nadie entendió, con muchos aficionados a la gimnasia de los 80 y 90 que han dejado de serlo, con tantas puntuaciones subjetivas, escádalos, despropósitos, etc... ahora dice que hay que simplicar, que el COP es complejo. ¡¿No me digas?! EL COP con miles de detalles mal explicados que sin embargo son importantísimos, los reglamentos para el tema de las edades, formatos, documentos y tablas imposibles para entender los formatos ya publicados en otro documento anexo que nunca funciona en la web, las miles de newsletter que lo modifican y de las que hay que estar atento continuamente, las cartitas del presidente que incluyen novedades repentinas, etc. Todo es maliciosamente complejo en la FIG, no sólo el COP.
Dos cosas: o quiere ser reelegido-tener mejor imagen; o esto va camino de un nuevo COP tras las olimpiadas. No sé qué es peor porque a estos ilustres no les dejo yo ni hacer los estatutos de una comunidad de vecinos.
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Oh, that Code!
The more seasoned among us remember back to the first Code. A twelve-page opus crafted by Gander, Lapalu and Hentges, it gave structure to Men's Artistic Gymnastics and mapped out judging in three distinct categories: difficulty, combination and execution. That was back in 1949.
Today, the Code reaches out to cover all FIG disciplines; it governs everything, infiltrating gymnastics like a metastasis that spreads and traps the sport in its deadly net. Originally created to serve the development of our sport, the Code has mutated into a time bomb that we are wholly unable to contain. Worse, it is a pitfall to judges and gymnasts alike, and creates situations that are often impossible to navigate. Remember Athens!
The time has come for us, the technicians, judges and leaders in sport, to gather round a single table and revisit the Code; to re-equip our discipline with the structure and spirit originally inherent to it. This is the endgame of the FIG Symposiums for Rhythmic Gymnastics in Zurich (SUI) at the end of April, for Artistic and Trampoline in mid-June and for Aerobic and Acrobatic in September.
Simplify the Codes; we all agree on this point. Keep in mind the essence of Roman law, the first legal system in the history of Man and which is still active today. According to our predecessors, excessive detail is what dilutes and suffocates justice. Too many laws annihilate law itself!
Starting in 2005, we took successful steps toward standardising our Codes; a commendable action, to be sure, but a far cry from being enough. What we need is complete and unequivocal reform if we hope to have a Code that serves to further develop our sport. We must simplify, not complicate. What is the essential reason for the Code? What is it made to do? What is the meaning of its existence? The answer is found in history, whose most basic message is that in order to move forward into the future, one often needs to take a brief look into the past.
At the 1948 Olympic Games in London, judging in gymnastics was scandalous! Judges were using criteria to evaluate exercises specific only to their own countries. It was a free for all. Such chaos! A Code was then created to clarify and classify criteria to maintain a standardised approach to judging. Unity was finally re-established.
A mere twelve pages in 1949 compared to hundreds today, not counting the thousands of symbols that go with them! How can a judge effectively react, evaluate and decide in mere seconds and under the pressure that goes hand in hand with, say, an Olympic Final? Impossible; it is beyond human capacity.
We need a Code, a point of reference, which will bring structure to the evaluations brought by our judges and allow us to employ the Fairbrother system. Only by doing this will we be able to avoid situations such as were experienced in Athens and London. We have the tools, IRCOS for one, which can aid in attributing an accurate technical score if used properly. But we must accept the fact that the Artistic score is largely a product of a more subjective, and certainly human, evaluation. That is the variable in our equation; fallible but not unjust. And if we are to lose ourselves in the nimbus of objectivity, we have reference judges in the wings to set our course straight.
Thank you for your attention.
FEDERATION INTERNATIONALE DE GYMNASTIQUE
Prof Bruno Grandi, President
Lausanne (SUI) / FIG Office, May 1, 2011. BGR/phs/az
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EDITO Para los que no sepáis inglés o francés, la FIG ha tenido la cortesía de traducir la carta al español:
¡Ah el Código!
Los más mayores aún recuerdan el primer Código. Doce páginas, redactadas bajo la tutela de Gander,
Lapalu y Hentges entre otros, enmarcaban la gimnasia artística masculina y formateaban la
puntuación en función de tres criterios: la dificultad, la combinación y la ejecución. Corría el año
1949.
Hoy en día, el documento se ha extendido a todas nuestras disciplinas, rigiendo absolutamente todo,
desarrollando por todas partes sus metástasis, hasta el punto de atrapar a la gimnasia en una red
inextricable. El Código, que fue creado para contribuir al desarrollo de nuestro deporte, se ha
embalado como una máquina infernal que ya no somos capaces de controlar. Peor aún. No solo no
sirve ya ni a jueces ni a gimnastas, sino que engendra situaciones complicadas, que a veces resulta
imposible gestionar. ¡Acuérdense de Atenas!
Ha pasado ya mucho tiempo desde entonces y ya es hora de que todos juntos: técnicos, jueces y
gestores del deporte nos sentemos todos alrededor de la misma mesa y revisemos el código para
volver a darle la letra y el espíritu para lo cual fue creado. Este es el sentido de los simposium que la
FIG va a organizar en Zurich (SUI) a finales de abril para la gimnasia rítmica, a mediados de junio para
la artística y el trampolín y en septiembre para la gimnasia aeróbica y acrobática.
Simplificar los códigos. Todo el mundo está de acuerdo y todo el mundo debe tener presentes las
virtudes del derecho romano, el primer sistema jurídico de la Historia humana y que sigue siendo una
autoridad en nuestra sociedad actual. Según sus autores, la plétora de detalles contenidos en los
textos diluye y ahoga a la justicia. ¡Demasiadas leyes matan a la ley!
Desde 2005 hemos tomado, con bastante éxito, algunas medidas que han permitido armonizar
nuestros códigos. Está bien, pero insuficiente. Se necesita una reforma en profundidad para que el
documento favorezca el desarrollo de la disciplina. Es necesario simplificar y no lo contrario. No hay
que olvidar la razón de ser de un código. ¿Para qué sirve? ¿Porqué un código? La respuesta nos la ha
dado la historia. ¡Me he dado cuenta que, una vez más, para progresar, debemos volver brevemente
la vista atrás!
En los Juegos Olímpicos de Londres de 1948, la puntuación de la gimnasia escandalizó a todo el
mundo. Este escándalo lo originaron los jueces que evaluaban los ejercicios con criterios utilizados
exclusivamente en sus propios países. Cada uno de ellos interpretaba la partitura a su manera. ¡Una
cacofonía! Se creó pues un código para aclarar y clasificar los criterios de la puntuación, para que
cada solista interpretara la misma pieza. Finalmente se encontró la armonía.
En 1949 solo existían doce páginas, frente a los cientos de páginas que hay hoy en día, ¡eso sin contar
los miles de signos de escritura simbólica! ¿Cómo un juez puede situarse y sobre todo reaccionar,
evaluar y decidir en tan solo unos pocos segundos con la presión de una final olímpica por ejemplo?
Es imposible y se encuentra más allá de los límites humanos.
Necesitamos un código, una referencia y unos textos que nos permitan enmarcar la acción de los
jueces así como aplicar el sistema Fairbrother, para no volver a vivir situaciones como las vividas en
Atenas o en Londres. Tenemos instrumentos, como por ejemplo IRCOS, que si se utilizan
adecuadamente pueden asistirnos en la adjudicación de la nota técnica. Y debemos aceptar el hecho
de que la nota artística dependa de una apreciación humana. Es la variable de la ecuación. Falible
pero no engañoso. Y si nos perdemos en el nimbo de la objetividad, los jueces de referencia están ahí
para reconducirnos.
Atentamente,
Prof. Bruno Grandi, Presidente
Lausanne (SUI) / Oficina FIG, 01,05.2011. BGR/phs
http://www.fig-gymnastics.com/vsite/vfile/page/fileurl/0,11040,5187-204466-221689-172206-0-file,00.pdf